Las Tablas de Tartaria.
Marcas similares a la escritura en una tortuga, caparazones descubiertos
en la moderna Jiahu (China), datados hacia el 6000 a. C. Ejemplo de los
símbolos de Jiahu.
Los primeros sistemas de la escritura a finales del IV milenio a. C. no
se consideran una invención espontánea, pues se fundamentan en viejas
tradiciones de sistemas simbólicos que no se pueden clasificar como escritura
en sí mismas, pero que sí comparten muchas características que recuerdan a
aquélla. Estos sistemas se pueden describir como protoescritura y utilizaban
símbolos ideográficos o mnemónicos que podían transmitir información, si bien
estaban desprovistos de contenido lingüístico directo. Estos sistemas aparecieron
al principio del periodo neolítico, ya en el VII milenio a. C. si no antes
(Kamyana Mohyla).
Destacan la escritura Vinca, que muestra una evolución gradual a partir
de símbolos sencillos desde el VII milenio, aumentando en complejidad durante
el VI milenio y culminando en las Tablas de Tartaria del V milenio, con unas
filas de símbolos cuidadosamente alineados que evocan la impresión de un
"texto". La Tabla de Dispilio, de finales del VI milenio, es similar.
Las escrituras jeroglíficas del antiguo Oriente Medio (egipcia, protocuneiforme
sumeria y cretense) nacen naturalmente de aquellos sistemas simbólicos, de
manera que resulta difícil decir, sobre todo porque poco se conoce acerca del
significado de los símbolos, en qué momento preciso la escritura nace de la
protoescritura.
Jeroglíficos egipcios
La escritura fue muy importante para mantener la cohesión del Estado
egipcio. La alfabetización se concentraba en una élite educada de escribas. Ser
escriba era la aspiración de cualquier egipcio de ascendencia humilde. El
sistema jeroglífico fue siempre difícil de aprender, y en el transcurso de los
siglos se complicó aún más al aumentar el número de signos jeroglíficos
Escritura china
En China los historiadores han hallado mucha información sobre las
primeras dinastías chinas a partir de los documentos escritos que han
perdurado. La mayor parte de los escritos de la Dinastía Shang han llegado a
nosotros en forma de huesos o accesorios de bronce. Las muescas sobre caparazones
de tortuga o jiaguwen han sido datadas por medio de la prueba del carbono hacia
el 1500 a. C. Los historiadores se han dado cuenta de que el tipo de medio
utilizado tenía un efecto sobre lo que se quería documentar y el modo en que se
empleaba.
Ha habido recientemente descubrimientos de muescas sobre caparazones de
tortuga del 6000 a. C., como la escritura de Jiahu y la escritura de Banpo,
pero existe polémica sobre si estas muescas poseen suficiente complejidad como
para ser consideradas un sistema de escritura.1 Si se afirma que es un idioma
escrito, la escritura en China antecedería a la escritura cuneiforme
mesopotámica, la cual hace tiempo que se reconoce como la primera aparición de
la escritura, en unos 2000 años. Sin embargo, parece más probable que las
inscripciones sean más bien una forma de protoescritura similar a la escritura
Vinča contemporánea en Europa. Las muestras irrefutables de escritura en China
son de alrededor del 1600 a. C.
Escritura e historia
Los historiadores hacen una distinción entre la prehistoria y la
historia, siendo ésta última definida por la presencia de fuentes escritas
autóctonas. La aparición de la escritura en la plaza de e viene a menudo
seguido de varios siglos de inscripciones fragmentadas que no pueden quedar
incluidas en el periodo "histórico", y solamente la presencia de
textos coherentes marca la "historicidad". En las primeras sociedades
alfabetizadas pasaron no menos de 600 años desde las primeras inscripciones
hasta las primeras fuentes textuales coherentes (aproximadamente del 3200 al
2600 a. C.). En el caso de Italia, pasaron unos 500 años desde el primer
alfabeto protoitálico hasta Plauto (del 750 al 250 a. C.), y en el caso de los
pueblos germánicos existe un lapso de tiempo similar desde las primeras
inscripciones del Elder Futhark hasta los primeros textos como el Abrogans (del
200 al 750 aproximadamente).
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